Oaxaca, penúltimo lugar nacional en competitividad

Competitividad
Miguel Ángel Maya Alonso

Ante la marginación social en temas como salud, educación, migración; falta de innovación, apertura internacional e infraestructura, Oaxaca es la penúltima entidad en competitividad a nivel nacional, solo superando a Guerrero.

El Índice de Competitividad Estatal (ICE) 2023, elaborado por el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) mide la capacidad de las entidades para generar, atraer y retener talento e inversión. Un estado competitivo es aquel que consistentemente resulta atractivo para el talento y la inversión, lo que se traduce en mayor productividad y bienestar para sus habitantes.

Para medir esto, el Índice evalúa tanto las capacidades estructurales como coyunturales de las 32 entidades a través de 72 indicadores categorizados en 10 subíndices que evalúan distintas dimensiones y condiciones que constituyen la base del crecimiento y desarrollo de estas.

Oaxaca no sobresale en ninguno de los subíndices, mientras que, en varios, ocupa las últimas posiciones, como en apertura internacional, en donde ocupa el lugar 32 nacional debido a la poca inversión extranjera directa y a la casi nula exportación de mercancías.

En el subíndice de sociedad, la entidad ocupa el lugar 30, siendo el acceso a los servicios de salud lo más preocupante, ya que solo e 14 por ciento de la población ocupada en Oaxaca tiene acceso a los servicios de salud, no hay personal médico, y la tasa de mortalidad infantil es de las más altas de México.

Un oaxaqueño gana en promedio seis mil 979 pesos por mes, el tercer peor salario a nivel estatal, una de las causas por lo que Oaxaca ocupa el lugar 30 en el subíndice de mercado de trabajo, aquí también se desglosa que en la entidad no hay suficientes trabajadores profesionales y existe desigualdad salarial.

También en subíndice de infraestructura Oaxaca ocupa el lugar 30, debido principalmente al pobre acceso a la telefonía móvil, el acceso a internet, terminales de punto de venta, cajeros automáticos y el uso de banca móvil.

También afecta a la competitividad estatal la percepción de corrupción en la entidad, que en Oaxaca es de 91 por ciento, mientras que en los partidos políticos alcanza el 89 por ciento.