
Migrar es huir para alimentar a los hijos
Ante un campo que no rinde frutos suficientes ni para el autoconsumo, familias indígenas de Oaxaca se ven obligadas a dejar atrás su lugar de origen para poder garantizar el sustento. Pocas son las que vuelven a su terruño Miguel Ángel Maya Alonso/Ilustración: Brunof San Miguel Chicahua, Tierra Colorada. — Las manos del hombre, quemadas

“Somos todos iguales, nomás que fuimos regados en distintos lugares”
Los procesos migratorios atentan principalmente en contra de elementos identitarios de las personas indígenas que deben dejar su comunidad y trasladarse a un entorno urbano. El conocimiento de la lengua es una de las anclas compartida entre quienes se ven obligados a dejar su comunidad Raúl F. Pérez Lira/Ilustración: Brunof Ciudad Juárez, Chih.— Judith González

Hermanas mixtecas, la resistencia inquebrantable
Patricia Mayorga/Ilustración: Brunof Sólo Dicen Tan bella y poderosa como el resplandor de la lunaasí dicen que soy,tan temerosa e insegura como un gato rodeado de perros hambrientosasí es como en realidad me sientoDicen, dicen que soy libre como el viento,que puedo elegir el camino que me lleve a mi destino,dicen que soy tan libre

El sanador de San Andrés Montaña, pueblo de nómadas de la Mixteca baja
Históricamente reconocida como una región expulsora de migrantes, comunidades de la Mixteca de Oaxaca padecen un proceso de abandono en el que sus habitantes poco a poco se van de sus lugares de origen y dejan de volver hasta que un día no lo hacen más. Así se van formando pueblos fantasma en este desierto

Familias multiculturales, migración y maquilas
Isela de Oaxaca y Daniel de Coahuila se conocieron en una maquila de Ciudad Juárez hace 15 años. Luego de casarse decidieron irse a San Lucas Ojitlán, con sus hijos, porque se acabó el trabajo en el norte. Hoy son una familia mestiza en un pueblo muy pobre luchando por sobrevivir tras la experiencia en

“Mejor morir en el intento que en la miseria”
Para especialistas, la migración que no se detiene revela el fracaso de gobiernos de todos los niveles para crear políticas públicas enfocadas a que los oaxaqueños no tengan que abandonar sus tierras para no padecer hambre; celebrar la llegada de remesas es festejar su propio fracaso, indican. Hay más de 2.2 millones de oaxaqueños fuera

“Lárguense para su tierra, aquí no son bienvenidos”
Desde el 2000, Elizabeth vive en Ciudad Juárez, dice que aquí ha sentido la discriminación de cerca por hablar chinanteco. Hoy busca revertir esas condiciones desde la función pública Raúl Pérez Lira En una videollamada, la hermana de Luz Elizabeth Severiano San Juan, Cheli, nos muestra la casa de su familia en San Lucas Ojitlán,

Elegía mixteca, historia de una mujer migrante que se repite
La falta de oportunidades laborales y acceso a la educación se ensañan particularmente con las mujeres en comunidades expulsoras de migrantes como Tierra Colorada, en la Mixteca oaxaqueña, donde el ciclo migratorio se repite una y otra vez entre abuelas, madres e hijas que anhelan el reencuentro Karen Rojas Kauffmann San Miguel Chicahua, Tierra Colorada.—



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