Miguel Ángel Maya Alonso
La mayor presencia de trabajo infantil en Oaxaca, Chiapas, Puebla, refleja las condiciones precarias en el ámbito social, económico y familiar que enfrentan las niñas, niños y adolescentes de estas entidades resalta el Atlas de Trabajo Infantil elaborada por Save The Children.
El Trabajo Infantil es complejo por las múltiples realidades que lo caracterizan, los contextos diversos en los que se presenta, las variadas causas que lo originan, así como las diferentes concepciones sociales que se tienen respecto a éste.
En cuanto a las niñas, niños y adolescentes que trabajan se mantiene la existencia de dos Méxicos: el sur, con grandes carencias sociales donde Chiapas, Oaxaca y Michoacán absorben los mayores riesgos en cuento al trabajo infantil y el norte donde las Bajas Californias, Nuevo León y Ciudad de México, como capital centralista, acaparan las mejores condiciones para atemperar el riesgo de trabajo infantil.
Según los dos indicadores seleccionados para la población de 5 a 17 años las cinco entidades federativas con los mayores índices laborales son: Oaxaca, Chiapas, Puebla, Michoacán y San Luis Potosí.
Con menor presencia de estas dos variables del trabajo infantil están: Baja California, Ciudad de México, Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila.
Chiapas, Oaxaca, Zacatecas, tienen en común una combinación de altas tasas de informalidad laboral, subocupación y ocupación en sectores de riesgo de trabajo infantil. De los tres casos, la informalidad laboral se encuentra entre el 70-80 por ciento en Chiapas y Oaxaca, mientras que Zacatecas se ubica con 62.9 por ciento, pero a la vez tiene la más alta tasa de subocupación de todo el país, con 24.2 por ciento.
Es importante tener en mente que las causas del trabajo infantil son tan diversas como los propios estados, por lo que cada uno tendrá que revisar a detalle los indicadores que detonan un riesgo y prestar mayor atención a las acciones encaminadas a aminorar el impacto de ese riesgo para las niñas, niños y adolescentes en cada entidad.